Epilogo

Epilogo

Las últimas semanas del verano trajeron noticias de la guerra, que según decían, tenía los días contados.
Maximilian Carver había abierto una relojería, cerca de la plaza de la iglesia, al poco tiempo no había habitante del pueblo que no hubiera visitado la tienda.

Max iba cada día al faro a encender la luz para guiar a los barcos. Subía a la atalaya y contemplaba el océano y la playa como lo había hecho Víctor durante años.

Alicia acostumbraba a volver a la playa, junto a la cabaña de Roland y sentada en la orilla pasaba horas en silencio mirando el mar y recordando el verano en que los tres descubrieron la magia.


 

8 comentarios: