Capitulo 10

Capitulo 10

"El tiempo no existe"

Una noche que fui con mis padres y mi hermano a una feria de atracciones, volví a ver al Príncipe de la Niebla. Cuando me dirigía hacia la noria vi una

caseta en la que un cartel anunciaba al mago y adivino Dr. Caín, entré y me acerqué a él, entonces pronunció mi nombre, estaba sentado detrás de una

mesa, un gato negro le lamía los pies, al mirar el reloj que las agujas iban al revés me dijo “El tiempo no existe, por eso hay que perderlo. ¿Has pensado ya cuál es tu deseo?”.  Le dije que ninguno, el insistió y yo me marché con la

intención de olvidarme de él para siempre.

Gracias al reverendo que me daba clases de

matemáticas en la escuela conseguí una beca

para ir a la universidad, ahí me hice amigo de Richard Fleischmann que me llevaría a volver

a coincidir con Caín.

Nos enamoramos de la misma mujer, Eva Gray, pero eso no influyó en nuestra amistad.

La noche de la graduación fuimos a celebrarlo, Eva no pudo venir, así es que quedamos Richard y yo borrachos como una cuba de taberna en taberna, de vuelta al campus nos encontramos una feria ambulante, Fleischmann al ver la caseta del mago Dr. Caín quiso entrar, de lo que pasó después no me acuerdo, supongo que debí perder el conocimiento.

Más tarde al preguntarle a Richard si recordaba algo me contó que había soñado que entraba en la caseta del adivino, que le preguntaron cual era su deseo y el dijo casarse con Eva Gray.

Dos meses después Eva Gray y Richard Fleischmann se casaban, no me invitaron y no los volví a ver en veinticinco años.

 

Fue entonces cuando Richard fue a mi encuentro, tenía un aspecto triste y cansado, me explicó que a cambio del deseo había prometido al Dr. Caín su primer hijo y que durante todo este tiempo había estado dando una droga a Eva para que no se quedara embarazada y me pidió ayuda, yo le dije que si, pensando en Eva.

Descubrí el nuevo hogar del Príncipe de la Niebla, era un circo, el Dr. Caín iba disfrazado de payaso, el resto de la compañía eran ladrones y criminales que habían dejado tras de sí un rastro de crímenes y robos. Caín sabia que debía marchar de ahí y embarcaron en el Orpheus, yo fui tras ellos y me escondí en el bote salvavidas, cuando el barco se hundió fui el único superviviente.

Un día Richard vio a verme y le expliqué lo sucedido, se sintió aliviado y decidió construir una casa en la playa, al poco nació Jacob, fueron los mejores años de Eva, hasta que el niño murió. En ese momento me di cuenta que el Príncipe de la Niebla no había desaparecido.